De allá lejos traigo dentro (De Colonia Perfección)
Olor a mandarinas de la vieja quinta de Landriel,
Enfrente el aero club, con los biplazas y el avión
Doble alas del “loco” Germano que hacia piruetas,
Asustando a la abuela en cada voltereta.
Y traigo dentro un rumor de arroyo manso/ que no desborda y sigue su camino, sin apurar el tranco, en un paso cansino y muy medido;
Traigo la ruta del lucero, que tiene dos tiempos para dejarse ver, cuando amanece, por el este, comenzando el recorrido, que demora 6 meses , para mostrarse al atardecer por el oeste.
Así soy yo, un poco de arroyo, por lo manso y mucho de el lucero, por lo lento y si me toca despegar –como el “el loco” Germano- hago piruetas, poniendo en fuga al desaliento.
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